jueves, 16 de junio de 2011

La voz del arte en tiempos de guerra (Primera parte)

De la sombra el cañón/ Del cañón la bala
De la bala al ideal / Viva la revolución
BANG! BANG! Otro principio que llega a su final
No importa quién dispare/ Todos caen igual.
Justiciero, Bajo Tierra


El barrio Castilla, ubicado al noroccidente de la ciudad de Medellín, ha sentido por años los embates de la violencia. Son muchas las historias de dolor que recorren sus empinadas calles, pero también aquellas que quieren trazar un nuevo rumbo; y que mejor que los mismos artistas y lideres culturales del sector, para dar testimonio de ello.

El recrudecimiento del conflicto en nuestra ciudad, que según el Instituto Popular de Capacitación (IPC), ha costado la vida de 1.982 jóvenes entre los 11 y los 25 años durante enero de 2009 y febrero de 2011, también ha afectado a los artistas. Prueba de ello fue el asesinato del Yhiel, joven rapero de la comuna 13, ocurrido el 27 de marzo y de Jonatan Bertel Taborda, conocido como El Pollo, vocalista de la agrupación de Tecno Artefacto del barrio Castilla, el dos de mayo de este año.

Medios de comunicación, organizaciones sociales, e incluso la misma Alcaldía de Medellín, no llegan a una cifra exacta que dé cuenta de la magnitud de este conflicto. Pero en lo que sí parecen estar de acuerdo es que por cuenta de la guerra librada entre bandas emergentes, muchas personas han sentido las consecuencias de una situación que cada vez toca más fondo.

Imagen del barrio castilla. (Tomada de: http://www.minuto30.com/?p=39125)


Todos a la calle


Como reacción a un toque de queda, decretado por la alcaldía de Medellín en agosto de 2009 ante la dramática situación de violencia en Castilla, un grupo de jóvenes, organizaciones culturales, músicos y artistas del sector, decidieron demostrar que las calles eran de todos y no solo de los violentos.

Lo que empezó como una concentración artística y musical, pasó a convertirse en el colectivo por la vida Toke de salida, que según Faber Andrés Ramírez, integrante del colectivo, busca “Hacer una reflexión crítica acerca de lo cotidiano” por medio de eventos como el Festiva del Rock de la Comuna seis, Castilla Festival Rock y los carnavales por la vida. Ramírez, afirma también que otro de los objetivos del colectivo es “Generar un referente distinto en los jóvenes y promover la utilización del espacio público por medio de tomas artísticas, siempre en vías de la sana convivencia.”

A pesar de problemáticas como las “fronteras invisibles”, que los combos en disputa han trazado por el dominio de territorios, la comunidad, en especial los jóvenes, han recibido muy bien, según Ramírez, iniciativas como esta que buscan “ innovar ,y a pesar de la violencia, guardar un momento para reflexionar.”

Ante la pregunta de si los artistas son blanco de este conflicto, teniendo en cuenta los asesinatos de algunos de ellos en diferentes sectores de la ciudad, Faber afirma que “No es un seguimiento sistemático en contra del artista, es la naturalización del poco respeto hacia la vida del otro.”

“No seas un payaso de esta guerra”

“No es una persecución en contra de nosotros. Nos gusta la calle y eso tiene sus consecuencias”. Afirma Caliche, baterista del grupo de punk Desadaptadoz, que desde 1987 ha manifestado, por medio de la música, su rechazo a la violencia.

“Es muy triste ver cómo la violencia se ha llevado a generaciones de jóvenes. Una posición frente a la muerte es manifestarnos por medio de la música, la pintura y el performance.” Comenta Caliche sobre como él y su grupo han acudido al arte como alternativa de vida, retomando la filosofía punk de “hazlo tú mismo”, para no solo denunciar, sino también plasmar sus experiencias.

Todavía paso a paso/ Nos adentramos en la oscuridad/ para nosotros no hay camino/ a los lados, ni hacia atrás/ es un mundo de infamia/ es un mundo de enfermedad/ hay un odio construido/ con nuestro desencanto/

La banda de Punk Desadaptadoz (Imagen tomada de: http://www.punksandskins.com/viewtopic.php?f=4&t=4488&hilit=Desadaptadoz)

Vestidos de payaso, como si estuvieran en medio de una función visceral; donde en vez de reír tocan sus guitarras con fuerza y su voz pregona el delirio en el que está sumergida la ciudad, los Desadaptadoz cantan Traumático. Ángela Torres, vocalista del grupo, asegura que la idea de vestirse de payasos tiene un claro mensaje: “No compartir esa filosofía de muerte y balas”. Con sus canciones, conciertos y acciones performaticas los Desadaptadoz han invitado a los jóvenes para que no sean un payaso más de esta guerra que cada día, y de muchas formas, los quiere hacer partícipes y espectadores de una función dantesca.

Como ellos, muchas bandas de rock y hip hop de Castilla han transmitido por medio de su música otra forma de vivir, lejos de las dinámicas del conflicto. “El arte es el instrumento con el que podemos transformar sociedades” asegura Caliche, convencido de que a pesar del conflicto que afecta a todos por igual, hay que seguir cantando, porque como él mismo lo dice: “la música nos permite manifestar nuestro rechazo.” Porque La calle, a pesar de todo, es su inspiración y el escenario donde quieren hacernos vibrar y concientizar con su música.


Se abre el telón


“Socialicemos todos los conflictos por medio del teatro. Hagámoslo en la calle, pongámosle música y dejemos que todos lo vean y escuchen” comenta Darío Restrepo, dramaturgo, actor, y por 10 años, director administrativo de la desaparecida corporación artística Nefesh, donde además fue director escénico y dramaturgo. El teatro le ha permitido a Darío, y a otras corporaciones culturales del sector, poner en escena no solo su vida, sino también esa dura realidad que abre el telón para mostrarnos sus contradicciones.

Obras de teatro, comparsas, chirimirias, zanqueros, arlequines y actores le han dado color a las calles de Castilla, invitando a sus habitantes a que se unan a ese carnaval donde la vida sea el acto más aplaudido. Prueba de ello es el Festival de mitos y leyendas de Castilla, que cada 31 de octubre, recorre el popular boulevard de la 68 invitando a quitarnos esa máscara que a veces nos impide mirarnos con otros ojos. Para Darío, quien actualmente trabaja en el proyecto Pazalobien de la corporación Circo Momo, el teatro y el arte no solo son parte de su vida, sino también un medio por el cual se puede crear identidad en el sector, lejos de lo que algunos medios de comunicación pretenden dar por sentado.

En todos sus años de experiencia, Darío reconoce que si bien los actores del conflicto pueden intimidar a los artistas, con el ánimo de generar temor en las comunidades, la violencia es un problema que afecta a todos donde, para él, “Los seres humanos somos víctimas reales y potenciales.”

Felipe Sánchez Hincapié

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