miércoles, 6 de abril de 2011

Versos cautivos. Alejandro Panagulis en Entrevista con la historia de Oriana Fallaci.

Grecia, 12 de abril de 1964. Los coroneles del ejército griego, encabezados por Georgios Papadapoulos, realizan un golpe de Estado. Los tanques rodean las calles de Atenas y se instaura la dictadura, que va desde 1967 hasta 1974, cuyo argumento para implantar la fuerza es contrarrestar el avance comunista que se gestaba en algunas regiones del país.

La intransigencia de Papadoupulus y los demás miembros de la junta militar se hace notoria con el encarcelamiento masivo de opositores y la suspensión de libertades individuales. Ni el veto por parte del consejo de Europa y las manifestaciones en rechazo al régimen convocadas en el extranjero persuaden a los coroneles. Sin embargo, la resistencia no se hace esperar y un hombre en especial representa el inconformismo hacia la opresión que se impone en la denominada cuna de la democracia.

(Imagen tomada de : http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:1967-4-21_greece01.jpg)

Alejandro Panagulis, Alekos, nace en 1939 y desciende de una familia con ideales muy definidos. Funda la resistencia griega y es capturado el 13 de agosto de 1967 después de haber planeado y ejecutado un atentado contra Papadoupulus. El dictador sale ileso pero de ahí en adelante la vida de Alekos se convierte en un infierno. Condenado al encierro es víctima de torturas, las cuales no solo cambian su aspecto físico sino también su personalidad. A pesar de ello conserva una desafiante lucidez que pone en entredicho la autoridad de los coroneles.

Panagulis es dejado en libertad el 23 de agosto de 1973, aunque mantiene su desconfianza hacia el armisticio otorgado por la junta militar. No es él mismo, y a pesar del respeto y la admiración que le guarda el pueblo griego, es notorio su ánimo fluctuante que evidencia el dolor acumulado en esos años de aislamiento. Todos se percatan de ello, incluso la periodista italiana Oriana Fallaci quien ha estado al tanto no solo de la situación en Grecia sino también de Alekos.

Alejandro Panagulis (Imagen tomada de : http://www.mlahanas.de/Greece/History/Portraits/AlexandrosPanagoulis.html)

Es ella quien escucha y toma nota de la turbia experiencia de Panagulis dejando registro de ello en su célebre libro Entrevista con la historia, donde aparte del líder griego, otros personajes cruciales en nuestra época contemporánea, como el líder de la OLP (organización para la liberación palestina) Yasser Arafat o el secretario de Estado de Estados Unidos durante el gobierno de Richard Nixon, Henry Kissinger, dan a conocer cómo luchan por sus loables propósitos o planean el mundo guiados por una lógica carente de escrúpulos.

“Es increíble cómo puede cambiar un hombre, y es maravilloso cómo un hombre puede revelarse capaz de soportar lo insoportable.” Le comenta sorprendido Panagulis a Fallaci en la habitación de su casa, mientras los dos se ausentan del bullicio producido por la liberación. Fallaci al mismo tiempo que escucha su testimonio ve las desgarradoras huellas producidas por las torturas de las que fue víctima, aunque ella también se percata de esas heridas igual de dolorosas que las que agobian su cuerpo, la rabia y la indignación presentes en un tono de voz frio, distante y exhausto.

Más que una simple entrevista, donde se da cuenta de unos hechos concretos, es una confesión. Panagulis pone de manifiesto su inconformidad ante un contexto adverso, su deseo de cambiarlo y cómo logra ser consecuente con sus ideales, a pesar del precio que eso conlleva. No es una martirizaciòn del dolor, es un relato a viva voz de una experiencia que sin duda marcó su recorrido por un ciclo convulso que culminaría en 1976, asesinado por sus detractores en hechos que ellos mismos cínicamente catalogaron de confusos.

Alejandro Panagulis con Oriana Fallaci,autora del libro Entrevista con la historia. (Imagen tomada de: http://escritorasunidas.blogspot.com/2009/12/oriana-fallaci-habla-de-su-libro-un.html)

Prueba de ello es uno de sus versos que escribió en la cárcel “utilizando su sangre como tinta “como señala Fallaci en la introducción a la entrevista y que logran transmitir poéticamente dicha vivencia:
“Una cerilla por pluma/ sangre derramada en el suelo como tinta, /como papel la envoltura de una venda olvidada / pero ¿Qué escribo?, / tal vez no tenga tiempo más que para mi dirección/ ¡qué raro!, la tinta se ha coagulado, / os escribo desde una cárcel/ de Grecia.”

Felipe Sánchez Hincapié

1 comentario:

  1. No quedan muchos Hombres como Aleko, se han ido extinguiendo la fidelidad a los principios,los ideales y la disposicion de defenderlos, pensamos en lo que podemos perder y no en lo que podrian ganar quienes padecen opresiones y dictaduras . Autentica emocion hace sentir conocer el coraje de hombres como el. Pena por la ausencia de la valentia de la que carecemos.

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