domingo, 17 de abril de 2011

¿Realmente nos amamos los unos a los otros?

“Amaos los unos a los otros, como yo os he amado” Dijo Jesús durante la última cena, como una lección de humildad, pero también de confianza en su misericordia. Y con este mandato se fundó la iglesia católica, con el ánimo de mantener y difundir las enseñanzas del hijo de Dios.

Pero parece ser que tal mandamiento no se cumple a cabalidad. Sus jerarcas, y algunos de sus creyentes, han caído en el sectarismo y la intolerancia. Prueba de ello, aparte de otros bochornosos sucesos como la Inquisición, son las declaraciones del presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana y arzobispo de Bogotá, Monseñor Rubén Darío Salazar, donde según él “Los católicos nos oponemos a que los menores de edad puedan ser confiados en adopción a parejas conformadas por personas del mismo sexo (…)”

Monseñor Rubén Darío Salazar ofreciendo declaraciones a los medios de comunicación en rechazo a la adopcion para las parejas homosexuales. (Imagen tomada de : http://huellas.co/2011/02/adopcion-parejas-gays/)

Puede que este sea el punto de vista de la iglesia católica frente a tan polémico tema. Cada quien tiene su visión del mundo, y para ella la familia es uno de sus principios inquebrantables. Pero son más cuestionables las declaraciones del prelado ante los medios de comunicación, donde rechaza una posible aprobación por parte de la Corte Constitucional a la adopción para parejas homosexuales: “En el caso de la adopción, no se trata del derecho del adoptante, sino que hay que mirar el sentido profundo que tiene la adopción; que es el derecho del niño a ser protegido y a tener el una familia. Y por lo tanto en este caso concreto, se trata precisamente, de que el niño tenga una familia normal.”

¿Normal? No quiero pasar por instigador Monseñor, pero ante las altas cifras de violencia intrafamiliar, que demuestran como muchos niños y jóvenes en nuestro país son víctimas del abuso físico y psicológico por parte de sus padres, no sobra plantearle esta pregunta ¿Qué es para usted una familia normal?, teniendo en cuenta también las altas cifras de madresolterismo y la descomposición de muchas familias por cuenta del alcohol; que irónicamente están constituidas dentro de su visión de una “familia normal”.

Si se pronuncia enfáticamente la Iglesia sobre este tema, y de ahí su preocupación porque el niño crezca en un ambiente sano, entonces ¿Por qué no hacer un duro pronunciamiento contra los que vulneran sus derechos? ¿Por qué también no asumir una postura crítica contra la censura que ha silenciado a muchos colombianos por el solo hecho de pensar distinto? ¿Por qué no criticar como muchos, llevados por el materialismo y la ambición, se han olvidado de las verdaderas enseñanzas de Jesucristo?

No quiero subestimar la labor de la Iglesia católica, de la cual soy creyente, pero dada la convulsa situación en la que se encuentra Colombia hay otros asuntos en los cuales ella podría aportar soluciones, y de manera contundente. Todas estas preguntas me surgen en plena Semana Santa, donde aparte de sumirnos en la pasión y reflexión, valdría la pena preguntarnos ¿realmente nos amamos los unos a los otros? No quiero imaginarme la respuesta del mismo Jesucristo luego de ver la intolerancia que nos ha llevado a sobrepasar cualquier extremo.

Felipe Sánchez Hincapié

(Quiero compartirles el enlace del siguiente blog, que puede ofrecernos más información al respecto. Como primer paso para reconocer la diversidad esta dejar de lado la intolerancia. No seamos victimas de ella, como le sucede a muchos que dicen representarnos. http://orgullolgbtcolombia.blogspot.com/)

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